martes, 25 de diciembre de 2007

ES PELON ESCUCHAR EL RADIO

Desde mi pelona, para el mundo y escuchando el radio en el coche.

Hoy me sucedió una cosa que siempre juré que era totalmente falsa y arreglada y que por lo tanto ningún mortal común y corriente como yo podría tener acceso. Me refiero a los concursos que se oyen en todas las estaciones de radio del país.

¡Me gané un disco y dijeron mi nombre al aire a las 12:59 hrs. exactamente! Ya me siento importante. Autógrafos los daré de una a dos de la tarde. Por favor lleguen temprano, las multitudes siempre me han dado un poco de respeto.

El día de hoy tuve una entrevista de trabajo y me desperté a eso de las siete de la mañana pensando que me preguntarían, que contestaría yo y tres o cuatro cosas más. Tenia que llegar a Paseo de la Reforma a las diez de la mañana exactamente con un tráfico estilo marabunta y podrán comprender, que bajo las circunstancias en las que me encuentro desde tiempos inmemoriales (yo no me acuerdo de lo que es trabajar) lo menos que puedo hacer es llegar con puntualidad inglesa a las entrevistas. Me anuncié en recepción. Minutos después se abrió el elevador y salió una muy bonita muchacha preguntando por mí. Sobra decir que la fémina ni siquiera había terminado de decir mi nombre (el primero porque tengo tres) cuando ya estaba parado, en el elevador y preguntándole ¿a que piso vamos? La entrevista inició a las 10:05 y se prolongó por cerca de una hora aproximadamente. Creo haberla llevado bien, me refiero claro está a la entrevista.

Al momento de salir de la entrevista recordé que un gran amigo, Emilio tiene su despacho a escasas dos o tres cuadras de ahí y poniéndonos de acuerdo celularmente (ondas hertzianas) quedamos de tomarnos un café en algún restaurante de la zona rosa. Elegimos el Starbucks del hotel María Isabel Sheratton ubicado en la Glorieta del Ángel de la Independencia.

Tomamos un café muy agradable. Acompañamos el momento, además del café con unos pastelitos excelentes. Emilìn me preguntó que como me había ido, que si podía vislumbrar alguna buena noticia en breve tiempo, que si me acordaba lo que era trabajar, con que compañía había sido la entrevista, etc, etc. Nos preguntamos mutuamente que teníamos pensado hacer en esta navidad y en fin de año, nos contamos varios chistes y nos echamos varios tacos de ojo mucho muy vitamínicos. Les recomiendo ampliamente este café si es que se encuentran, digamos un poco miopes o con ceguera prematura. Unas buenas vitaminas no le hacen mal a nadie y menos si son para los ojos que son el espejo del alma como dicen por ahí.

Alrededor de las 12:30 hrs. nos despedimos haciendo planes para vernos a comer o cenar antes de fin de año y podernos dar un abrazo. Le dije que llevara a su esposa Anita y al malandrín del Emilìn Jr. El me dijo que llevara a mi hijo Alberto y que más adelante nos pondríamos de acuerdo para fijar la hora y el lugar.

Iba por Paseo de la Reforma a la altura del Auditorio Nacional en medio de un tráfico exuberante, total y diría que hasta místico porque manejar en México es una experiencia religiosa. Después de hacerlo nos tendríamos que ir directamente a confesarnos y decirle al sacerdote todo lo que se nos viene a la mente cuando alguien se nos cierra, cuando alguien se nos enfrena bruscamente delante de nosotros o cuando alguien no saca la lengua como vaca al querer dar una vuelta donde no se puede dar. Prendí el radio y lo puse a escanear para poder escoger (elegir) una música acorde al pesado tráfico en el cual estaba inmerso. Me vi con una música totalmente metalera y tranquilizante estilo Korn, cosa que no sucedió y al oír una tonada más o menos conocida y ecuánime paré el famoso escaneo. Terminé de oír aquella rola y acto seguido el locutor (107.9FM) dice al aire…”tenemos dos discos para las dos primeras personas que nos hablen al teléfono quinientos sesenta, ciento ocho, cero dos y nos diga que se hizo ayer en los USA con motivo del 92 aniversario del nacimiento de Frank Sinatra, acuérdense es solo para las dos primeras”.

Como de rayo marqué el teléfono. Estuvo ocupado por cinco o seis intentos que hice. Ese lapso de tiempo nada más confirmaba mis sospechas de que ese tipo de concursos eran arreglados totalmente. Desanimado decidí hacer el último intento. Me contestaron y pregunté tartamudeando un poco ¿eees lo del connncurso del raaadio? Me dijeron que si y añadieron que si además tenía la respuesta.

Sudoroso dije: sssi, sssi la tengo: Aaayer se cancelò en Washington D.C. un timbre con…conmemo…conmemorativo, si si conmemmmorativo de Frankie Boy por el 92 aniversario de su nacimiento.

Me preguntaron mi nombre, mi dirección y me dijeron que tenía una semana para ir a recoger mi fabuloso disco de jazz con rolas de Ray Charles, Francis Albert Sinatra, Glenn Millar y varios más. Un minuto antes de la una de la tarde el locutor y al aire dijo primero mi nombre, después el del otro ganador. Me siento bien aun después de que me hayan multado por ir hablando por teléfono y manejando.

No hay comentarios: